El hombro doloroso hemipléjico es frecuente después de un ictus. Su aparición conlleva además del dolor, una limitación para las actividades de la vida diaria, así como para la participación en programas específicos de neurorehabilitación. Todo este conjunto determina un peor resultado funcional.
El buen manejo de los pacientes por parte del fisioterapeuta puede reducir tanto la frecuencia de aparición de hombro doloroso, como la intensidad del mismo, mejorando así el pronóstico funcional.
El hombro congelado también es conocido como capsulitis adhesiva, es el rango limitado de movimiento en el hombro, el dolor y la rigidez. Con el tiempo, la cápsula del hombro se engrosa y se tensa. Se generan bandas de tejido llamadas adherencias, que se desarrollan y el hombro se vuelve doloroso y muy difícil de mover.
Aunque se desconoce su causa, el hombro congelado se produce en aproximadamente el 2% de la población en general a menudo después de una lesión en el hombro o la cirugía. Ocurre más a menudo en personas de 40 a 70 años y en las mujeres más que hombres.
Hay un mayor riesgo de hombro congelado en personas con diabetes debido a que el exceso de glucosa se adhiera a las células y potencialmente pueda dañar el tejido conectivo del hombro. Cuando hombro congelado queda sin tratamiento pasa por tres fases distintas.
-Fase de congelación – esta es la fase reactiva. A medida que empeora el dolor, el hombro pierde rango de movimiento. La congelación típicamente dura de 6 semanas a 9 meses.
-Fase congelado – pueden mejorar los síntomas dolorosos pero sigue estando la rigidez. Las actividades cotidianas se convierten en muy difíciles. Esta fase dura aproximadamente de 4 a 6 meses.
-Fase descongelación – el movimiento lentamente mejora y disminuye el dolor. Vuelta completa a la normalidad o cerca de normal puede tomar hasta 2 años.
¿Cómo se diagnostica el hombro congelado?
Su médico puede sospechar hombro congelado si un examen físico revela movimiento limitado del hombro. Pueden tomar radiografías de huesos y articulaciones para descartar artritis o fractura.
El objetivo del tratamiento es controlar el dolor y restaurar el movimiento y la fuerza con fisioterapia.
El tratamiento no quirúrgico incluye tomar antiinflamatorios no esteroideos para reducir el dolor y la hinchazón.
Inyecciones de esteroides como la cortisona inyectada directamente en la articulación del hombro para reducir la hinchazón.
Terapia física que incluye terapias de calor/frío húmedo, suave, progresivo que se extiende y variedad de ejercicios de movimiento bajo la supervisión de un fisioterapeuta para restaurar el movimiento del hombro.
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