El dolor de cuello, es común a cualquier edad y sexo.
Los síntomas de la cervicalgia son: contracturas, pérdida de movilidad, dolor de cuello, cabeza, o en la base del cráneo y raíz de los brazos. mareos, vértigo, hormigueos en las manos, zumbido en los oídos y en ocasiones esta sintomatología puede además ir acompañada por vómitos.
El tratamiento más inmediato y accesible es la toma de analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares. Los mismos, suelen ser eficaces y el dolor y la contractura, desaparecen sin dejar rastro en la mayoría de las ocasiones. No obstante, el uso prolongado de este tipo de fármacos puede provocar importantes complicaciones a largo plazo.
Una cervicalgia mal tratada va contracturando cada vez más la espalda, aumentando la presión intervertebral y ocasionando que los discos se vayan comprimiendo y los espacios articulares vayan disminuyendo, lo cual acelera la artrosis en toda la columna.
Entre los factores que la pueden causar:
Es una zona con alto riesgo lesional y es junto con la columna lumbar, una de las principales causas por las que la gente acude al fisioterapeuta.
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